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EL GRAN FINAL

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Los descendientes de José replicaron: «La región montañosa nos queda muy pequeña, y los cananeos que viven en el llano poseen carros de hierro, tanto los de Betsán y sus poblaciones como los del Valle de Jezrel» (Josué 17: 16).

¿Cualquier cosa que es digna de hacerse, es digna de hacerse ____________? ¿Puedes llenar el espacio? Te doy una pista: Tus padres probablemente te han dicho algo así muchas veces.

Me gusta empezar proyectos nuevos. Desafortunadamente, no soy muy bueno para terminarlos. Sé que tú no tienes este problema, pero yo sí. Ya te he contado cómo una infinidad de veces empecé a leer la Biblia... sin terminarla. (¡Esta vez sí voy a llegar al final! Como que estoy obligado. Es un requisito de este libro, ¿no te parece?)

Una vez empecé a construir un gimnasio en mi casa porque quería ser «musculoso», «fornido» y «macizo». Siete años y dos casas después, se acabó el proyecto. Pero mi sueño de ser un hombre musculoso no se ha cumplido. (¿Fornido y macizo? ¡Para nada!) Luego llegó el momento en que decidí dejar de beber durante las comidas. Ingerir líquido al comer dificulta la digestión, además te agranda la barriga. Durante algún tiempo me fue muy bien, pero lentamente empecé a beber con las comidas nuevamente. (Todavía no logro abandonar esa costumbre.)

Después de los capítulos 16 al 18 de Josué, me siento un poco mejor. No soy la única persona a la que le cuesta terminar bien lo que empieza. Los israelitas tenían el mismo problema. Cuando leíste el pasaje de hoy, ¿te diste cuenta de que las tribus de Efraín y Manasés no terminaron lo que empezaron? Ambas tribus, descendientes de José, quien siempre concluyó sus proyectos, fracasaron cuando quisieron sacar a los cananeos de su tierra.

¿Qué excusa dieron? «¡Los cananeos tienen carros de hierro!» ¿Traducción? Temían enfrentar a los paganos en su territorio, así que querían que Josué les facilitara las cosas. Que les diera más tierra, preferiblemente deshabitada, para no tener que pelear contra alguien.

«Ustedes son suficientemente fuertes como para echarlos de allí -respondió JosuéNo dejen que sus carros de hierro los espanten. Dios está con ustedes. ¡Van a ganar!»

¿Crees que Efraín y Manasés escucharon a Josué?

NO DEJES DE LEER

Josué 16-18

¿Cómo trató Josué de presionar a los israelitas para que poseyeran su heredad? Josué 18: 1-7.

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