|
¿Alguna vez te has dado cuenta de que las cosas se ponen mejor cuando llegan ciertas personas? No tienen que ser los mejor vestidos o los más populares. Más bien, se los conoce por lo que tienen dentro y no por lo que llevan fuera. Wesley Autrey es una de esas personas. En el artículo «Las 100 personas más influyentes del mundo», que publicó la revista Time, Donald Trump escribió cómo llegó a conocerlo.
Wesley Autrey nunca anheló tener fama o llamar la atención, pero las encontró en una estación del subterráneo de Nueva York. Autrey esperaba el tren cuando un muchacho que estaba cerca de él se desmayó y cayó entre las vías. ¡Ni te lo imaginas! En ese momento el tren llegaba a la estación. El muchacho moriría inexorablemente.
Autrey, albañil, pensó que si lograba cubrir al muchacho y mantenerlo quieto, quizá habría suficiente espacio para que el tren pasara encima de ellos sin matarlos. En un abrir y cerrar de ojos saltó a las vías y presionó con su cuerpo al indefenso jovencito. El tren rugió en la estación, chillando a medida que pasaba sobre ellos. Cuando el tren salió de la estación, Autrey se puso de pie, cargó al chico y lo llevó a un lugar seguro.
El convoy pasó tan cerca de la cabeza de Autrey, que su gorra se cubrió de la grasa del tren. La valentía de Autrey conmovió tanto al millonario empresario Donald Trump, que quiso conocerlo, y le obsequió un cheque por 10 000 dólares. Trump señaló: «Quiero conocer a un héroe de verdad». El modesto héroe sintió que sencillamente hizo lo correcto.
Cuando la presencia de Dios llenó el templo que Salomón edificó, todo Israel se detuvo para prestar atención. En su presencia se hallaba Aquel cuyo abnegado amor los había llevado de la esclavitud egipcia a la paz de la Tierra Prometida. Lo que había sido una fantástica dedicación adquirió un nuevo significado cuando llegó el Invitado de honor. La presencia de Dios fue la razón por la cual Salomón construyó el templo.
NO DEJES DE LEER
1 Reyes 7-9
Lee cuidadosamente la oración de dedicación del templo que hizo Salomón (1 Reyes 8: 22-61), ¿Por qué crees que fue tan específico en sus peticiones al Señor?