|
Hace años vi una entrevista con Will Smith, alias «El Príncipe del Rap», estrella de Hollywood, en el noticiero 60 Minutos. Al rapero de la vieja escuela convertido en actor le va muy bien. Vive en una mega mansión en los suburbios de Los Ángeles, tiene una esposa e hijos hermosos, y gana en promedio 20 millones de dólares por película. Nada mal, ¿eh?
La vida de Will Smith no fue siempre así. De hecho, su padre fue bastante duro con él y con su hermano. Crecieron en Filadelfia, donde el señor Smith tenía una tienda. «Un día derribó la pared del frente de la tienda -según palabras de Willy nos dijo a mi hermano y a mí: “Ustedes dos van a construir esta pared otra vez, ladrillo por ladrillo"». Se quedaron pasmados.
—No podemos —replicaron.
-Sí, sí pueden. Vamos a comenzar -dijo el padre. Les enseñó a hacer la mezcla, cortar las piedras y colocarlas. Un año más tarde, los tres se pararon frente a la pared terminada. Entonces el señor Smith dijo:
-¡Nunca me digan que no pueden hacer algo!
Will Smith da crédito a esa experiencia, entre otras, por enseñarle una sólida ética de trabajo.
La historia de Will Smith y su padre tiene algo de afinidad con la historia de Salomón y su padre, que se relata al final de 1 Crónicas. Se trataba de un proyecto de construcción, el más ambicioso que alguna vez se intentó en Israel. Un templo para adorara Dios. Como leíste hace varios días, el rey David quería construirlo, pero Dios le dijo que no. El hijo de David, Salomón, hombre de paz, tendría ese honor. Pero Dios no le prohibió a David hacer los preparativos.
David hizo lo que estuvo a su alcance para reunir todo lo que Salomón pudiera necesitar para la construcción del templo. Reunió todos los materiales (lee la lista en 1 Crónicas 22 y 29) y seleccionó a los supervisores de la obra. El objetivo de David a largo plazo era construir una «casa» digna de su Dios. Hizo todo lo posible para asegurarse de que Salomón pudiera terminar la tarea, más o menos como el padre de Will Smith cuando lo preparó para el éxito.
Medita en lo mucho que amaba David a Dios.
NO DEJES DE LEER
1 Crónicas 22-25
El rey David tenía el donde la organización (1 Crónicas 24). ¿Por qué es importante organizarte bien en cualquier tarea que emprendes?