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¡ESA ES MI MAMITA!

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También Ocozías siguió el mal ejemplo de la familia de Acab, pues su madre le aconsejaba que hiciera lo malo. Hizo lo que ofende al Señor como lo había hecho la familia de Acab. En efecto, una vez muerto su padre, Ocozías tuvo como consejeros a miembros de esa familia, para su perdición (2 Crónicas 22: 3, 4).

Todos tenemos a un pariente «loco». Es un hecho en la vida. Si no tienes alguno, entonces eleva una oración especial de gratitud. Tú y tu familia son raros. Eso, o tal vez tus padres piensan que todavía no puedes conocer todos los secretos familiares.

Sabemos que los miembros de la familia pueden cometer enormes errores, ¿pero cómo explicas el siguiente drama familiar? Daniel P. Twomey, de Toms River, Nueva Jersey, fue arrestado y encarcelado por, ¿qué crees? Emplear a una jovencita para cometer un crimen. «Sucede todo el tiempo», pensé cuando leí la noticia. Pero había otros detales con los que no contaba.

Una cámara de seguridad grabó a Twomey cuando ayudaba a una chica, que más tarde resultó ser su nieta, a pasar por debajo de una puerta de seguridad del local de juegos Lucky Leo en el malecón Seaside Heights, de Nueva Jersey. ¿Para qué? Para robar el bolso de una empleada. Con Twomey también se encontraba su nieto de ocho años. Todo un modelo a seguir, ¿eh?

Podrías esperar que un hermano, una hermana o un amigo incitaran a una niña a hacer algo malo, ¿pero el abuelo? Con todo y lo nauseabundo que resucitó el crimen de Daniel Womey, la Biblia tiene uno aún mayor. Para el rey Ocozías, su mamita era el problema.

Ocozías hizo lo malo a la vista de Dios (2 Crónicas 22: 4), como varios reyes antes que él, pero la razón de su mal comportamiento fue aun más impactante. Su mamita lo condujo al pecado. Eso fue peor que lo que Daniel Twomey hizo con sus nietos, ¿verdad? El joven Ocozías estuvo maldito desde el nacimiento, porque no solamente su padre fue perverso (2 Crónicas 22: 4), sino que el padre de su madre fue uno de los hombres más malvados que hayan vivido alguna vez. Sus descendientes controlaron al joven Ocozías y lo enseñaron a pecar.

Pero piensa en esto: Atalía, la madre del joven rey, le pudo haber enseñado cómo pecar, pero no lo obligó. Ocozías tuvo a su disposición el ejemplo de gobernantes piadosos, como Josafat, a quien pudo haber imitado. Si te ves en esa terrible situación, resiste a tus familiares que pecan y te animan a ser como ellos.

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2 Crónicas 22-24

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