Regresar

REFUGIO

Play/Pause Stop
Por tanto, adviérteles que así dice el Señor omnipotente: «Aunque los desterré a naciones lejanas y los dispersé por países extraños, por un tiempo les he servido de santuario en las tierras adonde han ido» (Ezequiel 11: 16).

Durante la brutal conquista babilónica de Jerusalén murieron muchos hebreos, otros fueron esclavizados y varios se dispersaron entre las naciones paganas. Quienes pidieron refugio en tierras extranjeras enfrentaron muchas tribulaciones. Para ser sincero, no es fácil ser inmigrante en tierra ajena.

Sé lo que se siente ser extranjero. Nací en Guyana, un pequeño país en el norte de Sudamérica. Lo más probable es que nunca hayas escuchado de mi país; salí de allí con mi familia cuando tenía diez años para emigrar a los Estados Unidos, tierra de libertad y de valientes.

Me gustaba casi todo en mi nuevo país. Recuerdo qué impresionado quedé cuando vi góndola tras góndola de comida en los supermercados. En Guyana nunca nos faltó comida, pero casi todos estos negocios están al aire libre. Pero aquí no necesitaba ir a un parque de diversiones, ¡porque podía ir a un supermercado! Bastaba que mis padres me llevaran para sentir que el mundo era bueno.

Sin embargo, ciertas cosas de mi nuevo país no eran tan buenas. Como la vez que un grupo de muchachos asaltaron a mi hermano solo porque él no hablaba ni se vestía como ellos. Todavía recuerdo cuán doloroso fue saber que alguien quiso lastimarlo.

Mi familia tuvo que cambiar muchos hábitos para adaptarse al nuevo hogar, pero lo único que no cambió fue el amor y la protección de Dios. Aunque fuera muy peligroso caminar por nuestro vecindario, el Señor siempre estuvo con nosotros.

Dios prometió a los israelitas que vivían en el extranjero, que él sería su santuario, su refugio en esas tierras. Tal vez jamás caminemos por tierras extrañas ni calles desconocidas, pero muchas veces en la vida nos sentimos perdidos, como extranjeros en lugares desconocidos. Dios nos ofrece la misma promesa: «Yo seré tu santuario».

NO DEJES DE LEER

Ezequiel 10-14

¿Qué aprendieron los israelitas de las naciones paganas? Ezequiel 11: 12.

Matutina para Android