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¡SORPRESA, SORPRESA!

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Tu hermana Sodoma y sus aldeas pecaron de soberbia, gula, apatía, e indiferencia hacia el pobre y el indigente (Ezequiel 16: 49).

Muchas veces la Biblia te sorprende. Por lo menos a mí sí cuando leí el capítulo 16 de Ezequiel. Este poderoso capítulo de la Biblia es fundamental de muchas maneras. Por ejemplo, Dios dice:

Por tanto, prostituta, escucha la palabra del Señor. Así dice el Señor omnipotente: «Has expuesto tus vergüenzas y exhibido tu desnudez al fornicar con tus amantes y con tus malolientes ídolos; a estos les has ofrecido la sangre de tus hijos. Por tanto, reuniré a todos tus amantes, a quienes brindaste placer; tanto a los que amaste como a los que odiaste. Los reuniré contra ti de todas partes, y expondré tu desnudez ante ellos, y ellos te verán completamente desnuda» (vers. 35-37).

¿De veras hizo Dios una comparación tan fea? La respuesta es sí. Dios comparó a Israel con una mujer que duerme con hombres por dinero, pero con una diferencia: En vez de aceptar pago por su trabajo, ella pagaba a sus amantes. No hay manera de evadir el enojo profundo de Dios en esta metáfora. Judá se había involucrado así con dioses que no tenían el mínimo poder.

Lo que Dios dice de Sodoma es mucho más asombroso que cuando compara a las ciudades de Jerusalén con una prostituta. Recuerdas a Sodoma, ¿verdad? En Génesis 19. ¿Recuerdas cuando dos extranjeros llegaron a Sodoma y los atacó una multitud de locos?

Siempre que se menciona a Sodoma se habla de los dos extranjeros que fueron a casa de Lot. Sin embargo, esa no es la historia que Dios cuenta en Ezequiel 16: 49. Dios también destruyó Sodoma debido a su orgullo, pereza, glotonería y falta de amor por los pobres.

Cuando hay pecado, los seres humanos tendemos a pensar en ciertos tipos de pecado. Después de leer Ezequiel 16: 49, tal vez cambiemos de opinión. Lee Ezequiel 16: 49 y piensa profundamente en tu vida. ¿Vives para Dios o para ti?

NO DEJES DE LEER

Ezequiel 16-18

¿Has notado cómo Dios juzga a cada persona individualmente por sus pecados? Ezequiel 18: 14-18.

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