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NO TE PREOCUPES

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Donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazón (Lucas 12: 34).

Alguien te tiene en la mira. Sí, a ti. Sabe que cuando has reunido suficiente dinero, piensas gastarlo en ropa, música o videojuegos. También sabe que tienes una poderosa influencia en el dinero que gastan tus padres, porque ellos quieren complacerte. Eres el sueño de los mercadólogos.

Puede que seas el objetivo de los publicistas, pero si vives de acuerdo a las palabras del versículo de hoy, nunca podrán atraparte.

No anden preocupados pensando qué van a comer para poder vivir o con qué ropa van a cubrir su cuerpo. Porque la vida vale más que la comida y el cuerpo más que la ropa. Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen despensas ni almacenes, y, sin embargo, Dios los alimenta. Pues, ¡cuánto más valen ustedes que esas aves! Por lo demás, ¿quién de ustedes, por mucho que se preocupe, podrá añadir una sola hora a su vida? Pues si son incapaces de influir en las cosas más pequeñas, ¿a qué preocuparse por las demás? Fíjense en cómo crecen los lirios. No se fatigan ni hilan y, sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su esplendor, llegó a vestirse como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba del campo, que hoy está verde y mañana será quemada en el horno, ¡cuánto más hará por ustedes! ¡Qué débil es la fe de ustedes! No se atormenten buscando qué comer o qué beber. Esas son las cosas que preocupan a los paganos de este mundo; pero el Padre de ustedes ya sabe que las necesitan. Ustedes busquen, más bien, el reino de Dios, y Dios se encargará de darles además todas esas cosas. No tengan miedo, pequeño rebaño, que es voluntad del Padre darles el reino. Vendan sus bienes y repartan el producto entre los necesitados. Háganse así un capital que no se deteriora, riquezas inagotables en los cielos, donde no hay ladrones que entrena robar ni polilla que destruya. Pues donde tengan ustedes su riqueza, allí tendrán también el corazón (Lucas 12: 22-34, La Palabra).

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Lucas 10-12

¿Por qué Jesús llamó hipócritas a los fariseos? Lucas 1: 42-53.

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