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DECIR Y HACER

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Les envié a Timoteo, mi amado y fiel hijo en el Señor. Él les recordará mi manera de comportarme en Cristo Jesús, como enseño por todas partes y en todas las iglesias (1 Corintios 4: 17).

¿Has faltado a clases a propósito? ¡No me digas que nunca lo has querido! A mí en general me encantaba ir a la escuela, pero hubo momentos en los que deseaba nunca volver. Un día decidí saltarme todas las clases y estuve escondiéndome de los monitores de los pasillos casi todo el tiempo. Es difícil pasarlo bien mientras te cuidas las espaldas. (¡Uy, si mis papás se hubieran enterado, ahora yo estaría en la tumba!)

Los monitores andan por ahí buscando a los chicos que no quieren entrara clases. ¿Mas quién persigue a los adultos que faltan a la escuela? Una pregunta muy extraña, ¿no? Pero eso se preguntó la comunidad de Yorkshire, Inglaterra, cuando la directora de una escuela llamó para reportarse enferma y no presentarse a trabajar un día. Eso nada tiene de malo. ¿Quién quiere lidiar con niños tozudos cuando está enferma o enfermo? Yo no.

Pero la directora no estaba enferma. De hecho, lo inventó para poder irse de vacaciones a las islas Canarias. Es complicado decir a los niños que vayan a la escuela cuando su directora tampoco quiere ir.

¡Oye, los ejemplos sí importan! Cuando la gente dice una cosa y hace otra, los que los admiran o siguen se van por mal camino. A los creyentes en Corinto que habían comenzado a irse por el mal camino, Pablo les recordó el ejemplo que había dejado. «Les ruego que sigan mi ejemplo», escribió en 1 Corintios 4: 16. Pablo les había predicado a Cristo pero también caminaba como él. Había sido para ellos un modelo de cómo vivir sencillamente en una cultura llena de lujos. Cuando estuvo con ellos, los trató a todos con amor y ternura. Pablo sabía que su ejemplo era más importante que sus palabras. Un sermón que se vive es lo máximo.

El gran predicador Charles Haddon Spurgeon tuvo razón al decir: «La vida de un hombre siempre es más contundente que sus palabras. Cuando los hombres lo valoran, reconocen sus obras como dólares y sus palabras como céntimos. Si su vida y su doctrina están en desacuerdo, la masa de testigos aceptará sus prácticas y desechará sus sermones».

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1 Corintios 4-6

¿Cuáles fueron los dos problemas que dominaron a la iglesia de Corinto? le 1 Corintios 5 y 6. ¿Qué soluciones sugirió Pablo? ¿Qué puedes aprender del tono que tienen sus consejos?

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