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Defensas reptiles

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Mi protección es el Dios altísimo, que salva a los de corazón sincero, Samos 7: 10.

Los lagartos tienen muchas defensas contra sus enemigos. Una es desprenderse de sus colas (autonomía), las que en algunos casos se agitan para distraer al enemigo, permitiendo a los lagartos huir. Ignoro si les duele perder sus colas pero parece que no.

El lagarto o serpiente de cristal es un buen ejemplo de esta defensa. Parece una serpiente, pero es un lagarto sin patas que se arrastra sobre su panza. Una diferencia entre un lagarto de cristal y una serpiente es que su cola es dos veces más larga que su cuerpo. Cuando está en peligro, la serpiente de cristal se desprende de un pedazo de su cola. Esta vuelve a crecer tiempo después pero no queda tan larga como antes. La cola desprendida se agita durante tres o cuatro minutos. El enemigo suele distraerse así para que el lagarto de cristal huya.

Otros lagartos usan métodos diferentes para defenderse. El lagarto cornudo arroja chorros de sangre de sus ojos que llegan a casi un metro de distancia. Algunos lagartos pueden cambiar de color para protegerse. Otros, simplemente alardean; el clamidosaurio de King se para como rana e infla desde los costados de su cuello un rollo de piel, que parece una sombrilla guardada detrás de su cabeza. Abre la boca y silba. Así se ve y suena como si fuera más grande; los depredadores entonces lo dejan en paz.

Me alegra que no debemos preocuparnos por luchar solos contra el enemigo. Podemos darle el golpe de gracia al invocar el poder de Jesús. David supo que necesitaba la protección de Dios. Llama hoy a Jesús y a sus ángeles para que te defiendan del viejo diablo, Satanás. Dios te defenderá si se lo pides. Ahora es una buena oportunidad para agradecerle.

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