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La crisopa de ojos dorados es una hermosa criatura, con sus ojos color dorado y sus cuatro alas transparentes de color verde claro, que permiten ver sus delicadas costillas. Estos insectos miden como dos centímetros y medio, y son muy benéficos para la gente que cultiva flores y jardines.
La crisopa hembra usualmente va a una planta llena de áfidos (recuerda el 22 de enero). Ahí, desde su abdomen, expulsa una sustancia como de hilo hacia la hoja. Espera unos segundos hasta que seca y luego pone un huevo al final. Sigue así hasta que ha dejado muchos huevos en las puntas de esas pequeñas varas.
Pasados seis o catorce días, los huevos maduran y de cada uno sale una pequeña y pálida criatura con el cuerpo cubierto de pelo. Tiene tenazas al frente para comer. A medida que esta crisopa se arrastra por la hoja o el tallo de la planta, se detiene a succionar fluidos de áfidos, cochinillas, chicharritas, arañuelas, ácaros y otros parásitos de las plantas. Las larvas de las crisopas son conocidas también como leones de áfidos, debido a que los comen con tanta frecuencia. A medida que el león de áfidos crece, su piel se vuelve gruesa, se agrieta y luego deshecha. Esto sucede cuatro veces mientras la crisopa aún es larva.
Diez días después, la larva ya madura se envuelve en un capullo dorado. Se queda así durante dos semanas. Al final se abre y sale la hermosa y agraciada crisopa. Las hembras entonces comienzan todo el proceso de nueva cuenta y así hay más crisopas. Si las llegas a ver, no las lastimes, porque no te hacen daño y ayudan a eliminar muchos insectos que molestan, hieren o matan a las plantas.
Jesús dijo al pueblo de Israel que si desobedecía las leyes que le había dado para conservarlo seguro y feliz, entonces comería y no se Satisfaría.
Por fortuna, mucha gente hoy en el mundo tiene tanta hambre de la Palabra de Dios que la lee constantemente, para conocer mejor las promesas que él dio a su pueblo. Pide a Dios que te haga anhelar su Palabra para que te satisfagas espiritualmente.