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Caminantes de altura del Himalaya

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Recorre las lomas en busca de pasto, buscando cualquier hierba verde para comer, Job 39: 8.

El versículo de hoy se aplica muy bien a los animales del Himalaya que conoceremos hoy. El yak, el chirú y el íbice viven en las montañas a 3500 o 6000 metros de altitud. El yak vive en lo más alto, donde casi no hay plantas.

El yak se parece al bisonte, aunque alguien lo describió como «una desgarbada maraña de pelo negro». Al yak también se lo conoce como «buey gruñidor», porque gruñe cuando camina. Los yaks adultos miden casi dos metros y pesan como 540 kilos. Son escaladores rápidos, firmes y ágiles. Fácilmente domesticables, son el único medio de transporte en la región. Pueden adaptarse a las fuertes nevadas y nadan en ríos helados mientras llevan su carga. Son fuente de leche y carne; su excremento se usa como combustible.

El chirú pertenece a la familia de los antílopes. Tiene dos cuernos que alcanzan los 70 centímetros. Al mirarlo de perfil, sus cuernos parecen uno solo; así surgió la leyenda del unicornio. Los chirús suelen segregarse en manadas de machos y hembras; conviven únicamente para aparearse. Miden casi un metro y pesan en promedio 45 kilos. Algunos pueblos los consideran animales sagrados; otros los cazan por su carne y su sangre.

El íbice, ágil trepador en los precipicios, es una cabra genuina. Los íbices tienen largos y curvos cuernos que miden más de un metro; son de las presas favoritas de los cazadores humanos. Los cazadores tienen que colocarse a una altura superior para poder cazarlos. Dicen que cuando el íbice se encuentra en peligro, usa sus largos cuernos para amortiguar los rebotes al saltar para descender las laderas.

Estos animales viven a tan grandes alturas que apenas encuentran comida, así que tienen que buscarla durante largos periodos. Dios ha provisto alimento para ti. Dale gracias hoy por lo mucho que te ha bendecido.

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