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Al sur del estado de Florida, Estados Unidos, se encuentra una zona pantanosa llamada Everglades. Ha sido hogar de miles de especies de aves, mamíferos, reptiles y anfibios, así como muchas familias de plantas. La lluvia promedio al año es de 152 centímetros. Antes, los Everglades conservaban un equilibrio. Pero llegaron los inversionistas de bienes raíces a construir casas. Lo que hicieron para que los Everglades se volvieran habitables para los humanos, redujo a la mitad la vida silvestre del lugar.
De acuerdo a un biólogo de parques nacionales, los Everglades ahora son una zona extremosa. O sobra agua, o no alcanza. Los ingenieros han reencauzado las inundaciones del gran lago Okeechobee para que su flujo «natural» de agua ya no sea natural. Se construyó un enorme canal para controlar las inundaciones. Eso ha provocado sequías en los Everglades, y a veces, inundaciones.
La lucha se ha vuelto encarnizada. Los granjeros quieren cultivar sus campos sin que se inunden. Los biólogos y los conservacionistas desean proteger a la vida silvestre, así que el conflicto continúa. Debido a las inundaciones, muchos nidos de cocodrilos han quedado destruidos; las aves que anidan ya no tienen una estación normal y la población de aves en general, apenas es ahora una fracción de lo que era en 1930. Hasta la pantera de Florida está en peligro de extinción.
Será grandioso llegar al cielo, donde ya no habrá pleitos por tierra, agua y la vida de los animales. Dios ha prometido un lugar para cada persona, y todos los animales, domésticos y salvajes, también lo disfrutarán. Agradece hoy a Dios porque ha preparado un lugar para ti en el cielo en compañía de los animales.