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Hoy leeremos de las seis piedras base restantes. El crisólito es un tipo de peridoto u olivino, que es silicato de magnesio y hierro. Sus colores son amarillo, marrón y verde; los mejores son el verde amarillento y el verde puro. El crisólito verde amarillento es el más caro de los peridotos.
Los berilos son cristales populares porque son de los más grandes; algunos llegan a pesar varias toneladas. Dentro de los materiales que los componen hay cristales más pequeños y valiosos, ligeramente más duros que el cuarzo. Varían en color de verde brillante a verde azulado opaco, amarillo, rosado o blanco.
En épocas antiguas se usaba el nombre del topacio para designar los colores del amarillo al anaranjado. Pero algunos colores del topacio varían de marrón a rojo rosado. El topacio es una mezcla de silicato de aluminio y flúor, y es una de las más duras gemas. Algunos de sus cristales no tienen color. El más grande de esos pesaba casi 270 kilos.
La crisoprasa, también variedad de calcedonia, es una combinación de níquel y sílice coloidal. Es fácil obtener un lustre brillante al pulir esta gema transparente de color verde manzana; por tanto, es una de las más hermosas gemas. El jacinto es una gema anaranjada que probablemente sea un zafiro, que también es corindón. Es un mineral muy duro y casi transparente.
La última de las gemas base que el apóstol Juan mencionó es la amatista. Es un cuarzo y presenta un espectáculo de áreas en su color púrpura. Los grandes cristales son hermosos al irradiar cada área. Es interesante que las mejores de casi todas estas piedras preciosas provengan de Brasil. Es un país rico en recursos naturales.
Qué privilegio será ver todas esas piedras preciosas en la tierra nueva y tenerlas a nuestro alrededor. Pide a Dios que te ayude a ser fiel para que puedas vivir entre piedras preciosas.