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Una de las criaturas más hermosas en el jardín del Edén era la serpiente. Tenía alas y podía volar. Satanás usó a la serpiente, sentada en el árbol del conocimiento del bien y del mal, para tentar a Eva. Después de que Adán y Eva pecaron, Dios maldijo a la serpiente a arrastrarse por el suelo.
Mi familia y yo llevábamos poco tiempo en Brasil cuando a nuestro patio se metió una enorme serpiente rojinegra. Nuestra pequeña ama de llaves gritó: «Cobra!», así que dejé mi lección de portugués y salía matarla. Cuando llegué, vi que no era una cobra, pero de todos modos la maté porque le tuve miedo. Al levantarla, dije a Domingas:
-No es una cobra.
-Claro que sí-respondió ella.
Mi esposa puso fin a la conclusión. Me dijo que en portugués, «cobra» significa «Serpiente». Pensé que Domingas se había referido a la serpiente venenosa.
En Egipto, Dios usó serpientes en los días de Moisés. Recordarás que cuando Moisés y Aarón se presentaron ante el faraón, el bastón de Aarón se convirtió en serpiente y tragó los otros bastones que parecían serpientes (Éxodo 7: 12). Años después, en el desierto, cuando el campamento de los hijos de Israel se llenó de serpientes venenosas, Dios dijo a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la levantara Sobre un palo. Si las personas que habían mordido las serpientes miraban la de bronce, no morían. Vivían (Números 21:6-9). Dios usó las serpientes en esos y otros casos para enseñar lecciones.
Satanás se disfrazó como serpiente para hablar con Eva en el Edén y logró que dudara de la palabra de Dios. Hoy se pone muchos disfraces y convence a muchos de pecar. Hace que el pecado parezca atractivo y divertido; puede que lo sea, hasta que te destruye.
Ora hoy para que Dios te ayude a que no te atraigan las engañosas bellezas del pecado, como a Eva la atrajo la hermosa serpiente. Ora para que seas leal a Jesús.