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En China y Malasia, uno de los manjares preferidos de la gente es un lagarto llamado varano acuático. A la gente le gusta su carne; la prepara asada, a la parrilla, al vapor, frita, ahumada y en salsa. La piel es muy cotizada para fabricar bolsos y otros productos de cuero, pues es fina y suave.
Esa piel también se usa para elaborar cabezas de tambor y otros instrumentos de cuerda similares al banjo. Algunas tribus han usado esos tambores durante cientos de años. La calidad tonal de esta piel de lagarto se considera alta, superior a otros materiales.
Estos lagartos también se usan con fines medicinales, para la brujería y otras sanaciones. La gente come la carne debido a la superstición de que brinda fuerza y calor. La vesícula biliar seca se usa para hacer un té que se supone ayuda a tratar problemas cardiacos y hepáticos. La grasa del animal se mezcla con hierbas y se vende como bálsamo. Como los varanos casi no enferman y casi siempre se ven muy sanos, los nativos creen que comer su carne les da fuerza y salud.
En Sri Lanka, algunas personas creen que se puede hacer un veneno mortal, mezclando sangre y cabello de humanos con aceite y piel de varano.
Debemos agradecer hoy que nuestro Dio de amor nos ha dado los elementos apropiados para cuidar nuestros cuerpos. Nos dice que son su templo y debemos cuidarlos. Como cristianos, el amor de Jesús nos hace prosperar. Obtenemos ese poder no al comer carne, sino al consumir la Palabra de Dios.
Agradece hoy a Dios porque la Biblia tiene poder para darte buena salud.