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Más de 2500 especies de nudibranquios, también conocidos como babosas de mar, se encuentran en las aguas oceánicas del mundo. Aunque se mueven con lentitud, los nudibranquios son feroces con su presa. Prosperan en el mundo acuático poblado de criaturas más veloces, grandes y mejor armadas. Los nudibranquios son moluscos parientes de los caracoles, las ostras y las almejas, pero no tienen concha.
Los nudibranquios oceánicos no son de color grisáceo deslucido como sus primos que encuentras en tu jardín o patio. Tienen colores brillantes y hermosos que varían de especie a especie. Algunos son anaranjados, púrpuras, rojizos y amarillos. También reciben el sobrenombre de mariposas del mar.
Todos los nudibranquios son depredadores. Se alimentan de esponjas, anémonas, medusas y a veces de ellos mismos. Al sujetarse a una esponja amarilla o anaranjada, absorben sus pigmentos. Una especie que come medusas se sujeta al cuerpo de la medusa y comienza a volverse azul o púrpura. Come todo el cuerpo de la medusa hasta que nada queda. A diferencia de la mayoría de los depredadores de medusa, el nudibranquio también se come sus células urticantes, y luego puede usarlas, incorporadas a las células de sus rinóforos, para defenderse contra otro depredador. Los científicos no entienden cómo puede lograrlo sin enfermar
Jesús nos advirtió que no pasemos mucho tiempo con personas malas, pues podemos volvernos como ellas. Quiere que seamos como él, no como otras personas. Aunque los nudibranquios viven para consumir a otras criaturas, Jesús quiere que amemos y vivamos para ayudar a los demás. Pide a Dios hoy que te ayude a no ser como los nudibranquios, y te adaptes a alguien que no te conviene. Pídele que te ayude a ser buena influencia para los demás, y tener actitud y carácter como de Cristo. Así será si pides que te ayude.