Astucia biológica

En medio de la calle principal de la ciudad y a cada lado del río, crecía el árbol de la vida, que da fruto cada mes, es decir, doce veces al año; y las hojas del árbol sirven para sanar a las naciones, Apocalipsis 22: 2.

Según descubren los investigadores, Dios ha dado métodos defensivos no solamente a muchas especies de vida animal, también a los árboles. Algunos lo llaman astucia biológica; otros, la batalla silenciosa. Sea como sea, es fascinante.

Resulta que entre las arboledas, solamente unos cuantos árboles de cada zona habían sufrido por la oruga de la palomilla gitana norteamericana. Estas orugas mastican todas las hojas que encuentran y dejan limpias las ramas. Al observar que muchos árboles escapaban al daño, los científicos comenzaron a estudiar la situación. La opinión general era que solamente el clima, los depredadores, las enfermedades y los parásitos controlaban a esos insectos. Ahora los científicos han descubierto que muchos árboles y plantas se defienden con un arsenal de químicos tóxicos. Hacen que el follaje sea casi imposible de digerir, o tan tóxico que mata a los insectos.

Algunas plantas contienen hasta ocho toxinas. Otras cambian su toxina cada año. En algunas arboledas, los científicos descubrieron, al examinar las hojas de los árboles cada tantos días, que cuando a un árbol lo atacaban algunos insectos, los otros árboles comenzaban a producir toxinas; se preparaban para el ataque de los insectos. Los investigadores casi han comenzado a creer que hay alguna comunicación silenciosa entre los árboles y las plantas. ¿Qué clase de sentido místico habrá dado Dios a los árboles y las plantas para protegerse?

El árbol de la vida de Dios es para su pueblo en el cielo. Tendrá una variedad de frutos; las hojas serán para sanar a las naciones y no producirán toxinas nefastas. Sin duda querrás tener la oportunidad de comer los frutos especiales el árbol de Dios. Pídele hoy que te ayude a vivir como él, y que algún día comas esa fruta deliciosa y limpia para siempre.