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Morenas

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Señor, soberano nuestro, ¡tu nombre domina en toda la tierra!, Salmos 8: 9.

Con frecuencia me he preguntado por qué Dios creó algunas cosas, pero debo confiar en él y su juicio, porque he visto tantas o maravillas. Debo alabarlo, aunque no entienda por qué creó a la morena.

Hay 100 especies de morenas aproximadamente. Según los biólogos marinos, son peces, pero con algunas diferencias. Sí, claro, ¡algunas diferencias! Las morenas tienen una boca llena de dientes y constantemente los enseñan. Algunos buzos han pensado que las morenas los desafiaban, y tal vez así era, pero quizá respiraban solamente. Para respirar, la morena debe abrir y cerrar su boca, pues succiona agua mediante su boca y sobre sus agallas, para expulsarla por una pequeña abertura circular en sus agallas.

En raras ocasiones las morenas han atacado a los buzos. Son muy cortas de vista, pero tienen un poderoso sentido del olfato. A veces les resulta contraproducente. Cuando cazan en busca de alimento, las morenas no se alejan más de metro y medio del agujero en el arrecife de coral, en que viven. Muchas se quedan en su agujero, aun para cazar. Sacan solamente una parte de su cuerpo para atrapar peces, cangrejos, pulpos y otros alimentos.

Muchas especies tienen colores lindos y se mezclan bien con su entorno. Las hay moteadas o de colores sólidos. Varían en longitud, de 30 centímetros hasta casi metro y medio. Su peso varía de un par de kilos a más de 34.

Hay muy poco conocimiento científico disponible de las morenas. Han mordido a algunos buzos, que luego enferman terriblemente. Nadie ha comprobado que sean venenosas, pero algunas especies podrían serlo.

Aunque no entendamos por qué Dios hizo a ciertas criaturas, podemos confiar en él, alabarlo y agradecerle por ser un Dios de amor y comprensión.

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