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Casi todos los días en las noticias escuchamos que alguna parte de nuestro medio ambiente está en peligro de sufrir daño J3 o desaparecer, o que algún animal salvaje o planta está en peligro de extinción. Durante muchos años, el gobierno de Estados Unidos ha tenido una lista de especies amenazadas, y es un delito perseguir, capturar o matar cualquier planta o animal de la lista.
En la lista actualizada de 1983, dos tipos de peces de los Grandes Lagos y un ave que habían estado en la lista, quedaron fuera: el lucioperca americana azul y el corégono de mandíbula larga, y el gorrión cantor de Santa Bárbara. Evidentemente, se han extinguido. El puma de Florida casi se extinguió, aunque su población aumentó cuando se trasladaron pumas de Texas a su hábitat para que se cruzaran las especies.
Otras criaturas casi han quedado extintas por una razón y otra, como el turón de pies negros del que hablamos ayer. Los números de muchas especies disminuyen. La mayoría está amenazada debido a los problemas que causan los humanos. La caza, el uso de sustancias tóxicas, las trampas y la lluvia ácida, son algunas de las razones por las que se extinguen. Los cazadores matan casi 2100 pumas al año.
Me gusta salir y observar lo que Dios creó. Ya sea en las montañas, la playa, el desierto o el bosque, hay belleza en todas partes. El mundo fue creado originalmente para nuestro deleite. No podemos disfrutar parte de la creación si ya no la tenemos, ¿o sí?
Por el versículo de hoy sabemos que habrá animales en el cielo. Me alegra que Dios ha decidido tener vida salvaje en el cielo. ¿Puedes imaginar cómo sería si no hubiera vida salvaje para observarla o jugar? Dios nos ha dado la oportunidad de disfrutar y cuidar su creación ahora. Pídele que te ayude a disfrutarla más y preservar nuestro mundo tanto como puedas.