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¿Te has sumergido bajo el agua en la playa o en una piscina, e intentado ver el cielo o la orilla? Sin un visor o gafas de protección, todo se ve distorsionado. Al mirar el agua desde arriba, la posición de las cosas también se distorsiona. Ese fenómeno es la refracción de la luz.
Existe un pez que es un tremendo tirador con un torrente de agua. Se llama pez arquero. Dios le dio un sistema óptico que le permite ajustar la distancia y compensar de manera desconocida la refracción de los rayos de luz en el agua. Si el pez arquero está a un metro o metro y medio de distancia de un objeto pequeño, puede disparar un torrente de agua bajo presión que derriba al objeto y lo hace caer al agua.
Te diré cómo funciona. Dios diseñó al arquero de modo que pueda formar un canal con su lengua contra el paladar superior de su boca. Con la presión que hace al cerrar sus agallas, puede disparar un torrente de agua por el canal a una distancia de metro y medio. Cuando el pez arquero ve un insecto o algo más en una rama que se eleva poco sobre el agua, puede salir a la superficie y con asomar apenas su hocico fuera del agua, se alista, apunta, ¡y dispara! Casi nunca falla. El insecto cae al aguay, ¡lotería! El pez lo come.
Según los informes, el pez arquero no tiene que depender de ese método para conseguir su alimento. También puede sobrevivir en las aguas costeras. Ahí no hay ramas bajas decoradas con sabrosos insectos que esperan recibir un disparo, así que sin duda el pez arquero tiene otro método para obtener comida. Algunos investigadores dicen que disparan sus torrentes por diversión. Qué divertido, ¿verdad?
Sí, Dios es un amante de lo único e inusual. Ciertamente lo ha probado. Jesús nos dice por medio del salmista que prestemos atención a la dirección en que vamos y nos aseguremos de que nuestra vista es recta, no curveada. Necesitamos una vista directa de Dios. Pídele que te ayude a tener una vista clara y directa de sus palabras hoy.