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Sabiduría

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Ve a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio; la cual, no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento. Proverbios 6:6.

Un dirigente adventista solía motivar a sus pastores llevando a la sala de reuniones un hormiguero recién sacado de su hábitat y puesto en un nicho transparente. El hormiguero estaba en pleno desorden, pero en pocas horas, volvía a organizarse.

Tan trabajadoras y organizadas son las hormigas que el sabio Salomón utiliza su conducta para motivar al perezoso. Estas son algunas de sus cualidades:

Perseverancia. Muchas veces la hormiga tiene que llevar una carga más grande o más pesada que ella, y aunque se le caiga, vuelve a levantarla, hasta llevarla al hormiguero. Si se interponen obstáculos, cruzará por encima, por debajo, o alrededor, pero seguirá adelante.

Previsión. Las hormigas trabajan y recolectan su alimento en verano u otoño y lo almacenan para tener provisiones en el invierno.

Por eso, Samaniego escribió su conocida fábula de la cigarra y la hormiga, en la que una cigarra pasa el verano cantando mientras la hormiga lo pasa trabajando. Cuando llega el invierno, al verse sin provisiones, la cigarra le pide a la hormiga que tiene en abundancia, pero la hormiga no le da.

Antes que Samaniego, Salomón observó a la hormiga, y no le dijo a la cigarra sino al joven perezoso que imitara a la hormiga.

Hoy que eres joven y todo parece que es juego y es canción, mira a la hormiga y prepárate para el invierno de la vida. Estudia, trabaja y acumula para tu jubilación. En el aspecto espiritual, esfuérzate por aumentar tu fe, pues cuando llegue el invierno de la historia, nadie te podrá compartir.

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