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La reina "pecadora"

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Y dijo Memucán delante del rey y de los príncipes: No solamente contra el rey ha pecado la reina Vasti, sino contra todos los príncipes, y contra todos los pueblos que hay en todas las provincias del rey Asuero. Ester 1:16.

VASTI

Estaba concluyendo la fiesta de siete días, y al calor de las copas, el rey solicitó la presencia de la reina Vasti. La Escritura dice que ella “no quiso comparecer a la orden del rey”. Dando muestras de un temperamento ingobernable y acalorado, “el rey se enojó mucho, y se encendió de ira”, y consultó con sus asesores inmediatos (Ester 1:12).

Después de la consulta, se determinó que la reina había pecado. ¿Cuál había sido el pecado de Vasti? ¿Había cometido algún pecado realmente? Su pecado era ser rebelde. Aquí se confrontan convencionalismos sociales y tradiciones con principios y valores éticos y morales.

Mi esposo, quien es pastor, cuenta que en cierta ocasión no le permitían predicar en una iglesia a la que visitó porque, aunque vestía con corbata, su camisa era de manga corta. Hay en muchos lugares prácticas y tradiciones sin sentido ni fundamento moral. En muchas sociedades la mujer no es valorada. Es considerada un objeto del que se puede hacer uso y prescindir al antojo de quien manda. Creo que esa era la condición de la mujer en Persia en tiempos de Vasti.

Como Baby Boomer, crecí rodeada de rebeldes sin causa. Había que rebelarse por rebelarse, aunque no se supiera contra qué se estaba uno rebelando.

No conocemos el trasfondo cultural o religioso de Vasti, ni sabemos las razones de su elevación al reino. Pudo haber sido un trofeo de guerra o un regalo político. Lo que sí sabemos es que se rebeló ante la orden del emperador que gobernaba sobre 127 provincias, y no quiso ser un mero objeto para presumir. Su falta fue un “pecado de rebelión”.

Vasti fue una rebelde que desafió la opinión popular y los convencionalismos sociales de la época. Y de pronto, una mujer que lo tenía todo se quedó sin nada. Pero aunque Vasti se quedó sin nada, conservó algo mucho más valioso: su dignidad de mujer decente.

¿Estás luchando con insinuaciones, invitaciones o sugerencias que echan por tierra tus principios morales? Te invito a rebelarte y a mantener limpio lo que a la vista de Dios es más valioso: tu carácter. -SS

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