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CLARA BARTON
Todos conocemos la Cruz Roja, y de una forma u otra nos hemos beneficiado con sus servicios filantrópicos. Son siempre los primeros en atender las necesidades de las víctimas de los desastres naturales o humanos.
Clara Barton nació en 1821 en Oxford, Massachusetts. Fue enfermera, y enseñaba su profesión con eficiencia y sabiduría, y luego fue a Europa y trabajó en la Cruz Roja Internacional. Cuando regresó a su país, influyó para el establecimiento de la Cruz Roja Americana, que fue fundada en 1881. Ella fue su primera presidenta.
Clara pasó la mayor parte de su vida sirviendo a los demás. Durante la Guerra Civil la llamaban “el ángel del campo de batalla”, porque ayudaba a los soldados. No solo curaba sus heridas físicas sino también las emocionales; • además les daba alimentos y ropa, que compraba con su propio dinero. Nunca recibió un salario de ninguna organización a la que sirvió; al contrario, usó mucho de su dinero para contribuir a equipar hospitales.
La guerra terminó en 1865. Después, Clara trabajo en el Departamento de Guerra, donde se dedicó a reunir a los soldados con sus familias y a encontrar a los desaparecidos. También consiguió ayuda y alivio para las víctimas 4 de dos grandes catástrofes en los Estados Unidos: la inundación de 1889, en Johnstown, Pennsylvania, provocada por una falla en la Represa de South Fork, donde perdieron la vida 2.009 personas; y la terrible inundación de 1900, en Galveston, Texas, provocada por un huracán que cobró entre seis mil y doce mil víctimas.
Después de terminar su servicio en la Cruz Roja, Clara se dedicó a dar presentaciones públicas y a escribir el libro The Story of My Childhood [La historia de mi niñez], que fue publicado en 1907. Falleció en 1912, en Maryland.
Todas las mujeres tenemos la capacidad de servir en diversas formas, Dios nos ha dado dones especiales, bondad, ternura y compasión. No necesitamos ser fundadoras de instituciones o llegar a ser famosas por nuestras obras, pero sí podemos tomar como ejemplo a mujeres como Clara Barton, no solo para servir a la comunidad sino a nuestra propia familia, y así cumpliremos la voluntad del Señor Jesús. -RC