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Nuestro destino ese día era el Parque Nacional Arches [de los Arcos]: un desierto conocido por contener más de dos mil arcos naturales de arenisca. Justo a las afueras de Moab, Utah, Estados Unidos, se encuentra la entrada al parque, pero para llegar a las planicies más elevadas, donde están los arcos, tuvimos que manejar hasta la cima de un gran acantilado, por un camino con curvas en zigzag.
Nuestra primera parada fue el sendero Park Avenue, un maravilloso sendero que atraviesa un cauce seco, con paredes de acantilados rojos altísimos a cada lado. Manejamos un poco más y encontramos muchos senderos por los que podíamos caminar y observar los arcos naturales formados por la erosión.
Una característica interesante del parque son los petroglifos. Los petroglifos son imágenes creadas quitando parte de la superficie de una roca, ya sea tallando o picando. Los petroglifos mostraban caballos con jinetes rodeados por borregos cimarrones, o carneros salvajes. Los historiadores creen que fueron hechos hace cientos de años. Entonces me pregunté: ¿Será que a un nativo adulto se le ocurrió un día dibujarse a sí mismo sobre un caballo, rodeado de carneros? ¿O lo dibujó un nativo joven, soñando con ser algún día un valiente miembro de su tribu?
Cuando eras pequeño, ¿alguna vez dibujaste cómo pensabas que podrías ser cuando crecieras? Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Él tiene un plan para ti. La pregunta es: ¿Confiarás en él, y le permitirás que desarrolle su plan en tu vida? Él no está tratando de gobernar tu vida de tal manera que pierdas tu libertad; solo quiere que le entregues tu corazón, y ha prometido guiarte en tu camino. Recuerda: cuando le confías tu vida al Creador del universo, quedas en buenas manos.