Un camino difícil
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Hace algunos años, me encontraba en la base del monte Saint Helens (Santa I Helena), preparándome para el ascenso. El sol estaba a punto de salir, y teníamos un día completo por delante para llegar al borde del cráter. La violenta erupción de 1980 causó un derrumbe masivo que dejó un cráter de un kilómetro y medio de diámetro en la cima de la montaña. Nuestro objetivo era subir hasta el borde del volcán, a unos 2.500 metros [8.300 pies] sobre el nivel del mar. La primera parte del ascenso era mayormente llano, fácil y arbolado. Pronto dejó de haber árboles y entramos en el siguiente tipo de terreno: grandes rocas escarpadas. Luego, nos enfrentamos a la polvorienta piedra pómez, sobre la que es difícil caminar. Continuamos subiendo, hora tras hora, hasta que finalmente llegamos a una gran sección nevada de la montaña. La nieve era una dicha para nuestros ojos porque era mucho más fácil caminar sobre la nieve que sobre las grandes rocas o la piedra pómez.
Pero habíamos llegado a una parte muy empinada del ascenso, y con la nieve resbaladiza teníamos que tener mucho cuidado. Teníamos que “estrellar" con fuerza nuestras botas en la nieve para tener un agarre lo suficientemente firme para dar el siguiente paso. Un paso en falso nos haría perder tracción y deslizarnos por la empinada ladera de la montaña. Pronto encontramos grietas: enormes fisuras en la nieve en las que no queríamos caer.
Aunque esto parecía peligroso, ¿había alguna manera mejor de proceder? La Biblia nos dice que hay un camino que lleva a la destrucción, y muchas personas van por ese camino. Dice que también hay un camino angosto que lleva a la vida. Este es un camino más difícil. Estoy bastante seguro de que entiendes lo que la Biblia está diciendo. Seguir a Dios no siempre será el camino más fácil, pero puedes estar seguro de que es el camino que te llevará a la felicidad, el gozo, el amor y la vida.
