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Lo recibieron durante cuarenta años, desde la salida de Egipto hasta la entrada a Canaán. ¿Sabías que el maná sirvió para probar Ja la nación hebrea en relación con su fe en Dios y su obediencia?
Cuando los israelitas estaban en el desierto, suponían que el alimento del cielo, el maná, era menos importante que el que habían consumido en Egipto. Entonces, automáticamente recordaban todos los alimentos que comían. Se acordaban que el pescado era gratis, que los melones eran jugosos, que las comidas condimentadas con ajo eran exquisitas, que los puerros y las cebollas hacían las comidas más sabrosas. ¡Todo se les vino a la memoria!
En realidad, no estaba mal recordar lo que comían antes. Lo que no correspondía era rechazar lo que Dios les daba cada día, en ese lugar y para ese momento específico. Dios quería que ellos tuvieran un buen estado de salud y fuerzas para afrontar todas las dificultades.
¡Qué privilegio tenemos al ser creados con memoria! ¿Qué te parece si hoy tomas buenas decisiones para realizar acciones correctas y así tener recuerdos significativos? El rey Salomón nos aconseja: “No olvides mis enseñanzas, hijo mío; guarda en tu memoria mis mandamientos" (Proverbios 3:1).
Desafío:¿Conoces los libros de la Biblia de memoria? Hoy es un buen día para empezar a memorizarlos. Haz una lista y repásalos todos los días. Esto te ayudará a encontrar los versículos más rápido.
Lee más en la Biblia, [Números 11:1-23].
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