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Porque tenemos vergüenza o miedo. Tememos que nos reten o nos castiguen por lo que hicimos. En lugar de enfrentar la situación, nos asustamos, le echamos la culpa a otro y no reconocemos nuestra equivocación. Todos esos sentimientos no son naturales en nosotros, van en contra de cómo nos creó Dios. Por eso nos sentimos tan incómodos cuando procedemos así.
También ocurre cuando escondemos algo que no queremos que alguien vea. Muchas veces no pensamos logue estamos haciendo. Así le ocurrió a un integrante de la tribu de Judá llamado Acán. No hizo caso a lo que dijo Dios a través de Moisés: "No tomen nada de Jericó". No solo se estaba perjudicando él, sino también les estaba haciendo daño a su familia y a todo su pueblo. La avaricia, o el deseo de tener muchas cosas, lo había llevado muy lejos.
Jesús nos pide que seamos solidarios, generosos y desinteresados con las cosas materiales. Un ejercicio muy bueno que nos dejó es el de pensar en los demás y no tanto en nosotros. La Biblia dice: “Porque toda la ley se resume en este solo mandato: 'Ama a tu prójimo como a ti mismo'" (Gálatas 5:14).
Desafío:¿Tienes juguetes que ya no usas? Búscalos, límpialos y regálalos a otros niños que no tengan. Anota aquí qué juguetes regalarás.
Lee más en la Biblia, [Josué 7:1]; [Josué 16-26].
Generosidad