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JESÚS SE SENTÓ en un monte en compañía de muchísimas personas. A algunas él no les caía bien, pero la gran mayoría de las que estaban ahí se sentían vacías en sus corazones. Querían acercarse a Jesús. Él llenaba sus corazones vacíos y las hacía sentirse amadas y aceptadas. Eran importantes para él.
Jesús miraba con amor a esas personas, como si derramara todo su amor en sus corazones. Dijo que todas las personas que saben que necesitan a Jesús son felices. «Suyo es el reino de los cielos.» Como si Jesús les hubiera dicho:
-Quizá sientan un vacío ahora, pero todas las riquezas de mi reino son suyas.
¿Sientes a veces que no eres bueno(a) o importante? Cuéntame.
Busquemos fotos de personas que podrían sentirse así. Las pegaremos en nuestro libro de recortes para las bienaventuranzas. Escribiremos «Pobres en espíritu» al pie de la página. Hagamos un bolsillo de papel en forma de corazón para representar un corazón vacío, y meteremos ahí una ilustración de Jesús, o un papel que diga «Jesús es amor, para mostrar que él llena nuestro corazón vacío.
Materiales: Libro de recortes para bienaventuranzas, fotos de personas que experimenten diversas emociones (buscar en revistas o libros infantiles), pegamento, tijeras, una ilustración de Jesús.
Tema: sentimientos