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AL CAMINAR JESÚS POR LAS CALLES DE GALILEA, con frecuencia escuchó a la gente hablar entre sí. Tenderos y pescadores. Campesinos y pastores. Jesús escuchó a las mujeres hablar mientras hacían sus compras o llenaban sus cántaros en los pozos públicos.
Amaba a cada una de esas personas, pero deseaba que tuvieran una perspectiva más amplia del mundo más allá de sus ocupaciones. Quería que entendieran que Dios estaba ahí, escuchándolas y amándolas. Jesús había venido a la tierra para enseñarles cómo es Dios, pues Jesús es Dios.
-Cuando hablen -dijo con gentileza a sus amigos-, recuerden que están en el tribunal de Dios. Todo lo que los rodea le pertenece. Cuando dicen frases como «Te lo juro por Dios», o «Juro por Dios que no», suenan como si fueran los dueños del mundo. Pero eso no es cierto. ¡Todo en el universo es de Dios! Lo único que necesitan decir es «Sí», o «No».
Escribe un gran «NO» con tu marcador en una hoja de papel, y un gran «Sİ» en otra, para ayudarte a recordar las palabras de Jesús.
Materiales: Papel, marcadores.
Tema: el lenguaje