|
JESÚS SUBIÓ UNA NOCHE a un botecito de pesca y se envolvió con un
abrigo de pescador. Se recostó para descansar en una firme tabla de madera y de inmediato se durmió, sin decir palabra.
El botecito se mecía y se mecía... [con movimiento suave].
El viento descendió con fuerza y atacó las velas; las olas se levantaban y hacían espuma con las ráfagas. Pero Jesús dormía en ese clima tan salvaje y húmedo, como un bebé dormido en brazos de su madre.
¡El botecito se mecía y se mecía! [Esta vez con movimiento brusco.]
«i Levántate, amado Señor! ¡Por favor, sálvanos!», gritamos. «Nos hundimos! ¡Nos hundiremos y la marea nos llevará!»
«¡Cálmate!», ordenó él, y el viento dejó de soplar. El botecito se meció y se meció... [con movimiento suave].
Actividad: Actúen el relato con marionetas de dedo, o usen objetos como un abrigo, una tabla y un muñeco de bebé para representarlo.
Tema: confianza