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TANTAS PERSONAS SE AGRUPABAN alrededor de Jesús que a ve
I ces las enfermas tenían dificultades para acercársele. Un hombre tenía tanta ansiedad de ver a Jesús, que sus amigos lo llevaron en su camilla al techo de la casa en donde Jesús predicaba. Hicieron un agujero y por ahí lo bajaron para que viera a Jesús.
Jesús dijo al enfermo:
– Amigo, tus pecados quedan perdonados. Los maestros de la ley y los fariseos se pusieron a pensar: «¿Quién es este [...]? ¡solamente Dios puede perdonar pecados!». Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando y les preguntó: ¿Por qué están pensando así? ¿Qué es más fácil? ¿Decir: «Tus pecados quedan perdonados», o decir: «Levántate y anda»? [...] Se volvió al paralítico y le dijo: – A ti te hablo: levántate, recoge tu camilla y márchate a casa (S.
Lucas 5: 20-24).
El hombre se levantó de un salto, recogió su camilla y rápidamente se fue a su casa, alabando a Dios.
[Usen objetos para representar la historia. Conversen cómo nos sentimos cuando Jesús perdona.] Nos sentimos como ese hombre que se levantó de su camilla y alabó a Dios. Jesús nos libera de las malas obras.
Materiales: Un muñeco (estilo Ken), bloques para armar, una pequeña cama de cartón, hilo.
Tema: el perdón