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JESÚS CONTÓ LA HISTORIA de un pastor que lleva sus ovejas al corral o aprisco, un sitio cercado, para que pasen la noche a salvo. En la mañana, el pastor abre la puerta. Llama a sus ovejas por nombre. Reconocen su voz y corren hacia él. Dicho aprisco tiene solamente una puerta. ¡Cualquiera que trepe por el muro en vez de usar la puerta, es un ladrón!
Jesús contó una alegoría a la gente para enseñarle cómo era él.
-Yo soy la puerta del aprisco. Todo el que entre por esta puerta estará a salvo. Entrará y encontrará su pasto.
Cuando hacemos las cosas como Jesús nos dice, estamos a salvo y felices. Aunque a veces la gente nos dice: «No tienes que obedecer a Jesús. Puedes vivir muy bien sin él». Esos individuos son ladrones, dijo Jesús. Al seguirlos correríamos peligro.
-Yo soy la única puerta que conduce a una buena vida.
[Hagan una puerta a una hoja de papel grueso o cartulina. Peguen una calcomanía de Jesús en la puerta. Pongan el papel que tiene la puerta en su canasta de símbolos de Jesús.]
Materiales: Papel grueso, una calcomanía con el rostro de Jesús.
Tema: salvación