|
VOY A VENDARTE LOS OJOS y te llevaré por la casa. [Conduce a tu niño(a) por las esquinas, bajen y suban escaleras. Vayan al baño. Que busque su cepillo de dientes y se los lave, todavía con la venda. Quítale la venda. Platiquen cómo fue andar a ciegas.]
Escucha esta historia de dos hombres ciegos (lee S. Mateo 20: 29-34).
Jesús sintió mucha lástima de ellos. Sanó sus ojos para que pudieran ver, pero también pensó en las personas que pueden ver con sus ojos, pero eran ciegas en otro sentido. No podían ver cuánto las amaba Jesús y cómo quería ayudarlas a vivir felices.
Jesús también quería abrir los ojos de esas personas, pero ellas no creían estar ciegas y rechazaron su ayuda. Así que Jesús sintió más lástima. Pudo ayudar a los dos ciegos, pero no a la gente que no quería su ayuda.
Pidamos a Jesús que abra nuestros ojos para que podamos ver cuánto lo necesitamos. iAsí nos ayudará a vivir bien y felices!
Materiales: Una venda para los ojos, una galleta, un cepillo de dientes, pasta dental.
Tema: la salvación