El suelo rocoso

AYER HABLAMOS DEL CAMPESINO que esparcia sus semillas. Algunas cayeron en suelo rocoso. Mientras Jesús contaba la historia, los niños que jugaban a orillas del lago miraron la playa rocosa. Nada crecería por mucho tiempo entre las rocas. Los pequeños brotes se secarían con rapi

dez bajo el ardiente sol. Ahí no hay tierra que humedezca y refresque las semillas, así que pronto mueren.

Llenemos nuestro segundo vaso con piedritas. Podemos depositar algunas semillas entre las piedras y regarlas. Veremos como crecen. Jesús dijo que el terreno rocoso era como algunas de las personas que lo escuchaban. Les agradaba Jesús, pero pensaban en sus palabras durante solamente algunos minutos y luego las olvidaban. Cuando había problemas, no recurrían a las palabras de Jesús, así que se morían en sus corazones, como los brotes entre las piedras.

No quiero que mi corazón sea duro o rocoso, ¿y tú? Quiero que las palabras de Jesús crezcan en mi corazón.

Materiales: Vasos desechables de plástico con calcomanías de corazones en el exterior, piedras, semillas (remojadas durante la noche anterior).

Tema: escuchar