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DIEZ MUCHACHAS ESPERABAN a que el novio llegara a su banquete de boda. Cinco eran prudentes y habían llevado aceite adicional para encender sus lámparas. Las otras cinco eran imprudentes; si el novio llegaba tarde, ya no les quedaría aceite. El novio se tardó muchísimo. Las chicas se durmieron y sus lámparas comenzaron a apagarse. De repente, alguien grito: «¡Ahí viene el novio!». Las jovencitas despertaron súbitamente. Sus lámparas casi se extinguían, así que las que tenían aceite reservado llenaron las suyas.
Las muchachas imprudentes gritaron: «iAy, no! ¿Pueden darnos un poco de su aceite?». Las muchachas prudentes respondieron que no. Su aceite no alcanzaría para diez lámparas. Entonces, las imprudentes corrieron a comprar más aceite, mientras que las prudentes entraron al banquete. La puerta se cerró. Las muchachas imprudentes tardaron mucho y ya no pudieron entrar.
En esta historia, Jesús es el novio.
-Así que, no se duerman, porque no saben el día o la hora en que vendré.
[Si consiguen una lámpara de aceite, enciéndanla, o busquen información en Internet. De todos modos, concluyan cantando «Mi pequeñita luz».]
Materiales: Una lámpara de aceite, aceite para la lámpara.
Tema: la Segunda Venida