|
HABÍA ESTADO OSCURO Y TORMENTOSO DESDE EL MEDIODÍA. Daban
las tres de la tarde, la hora del sacrificio del cordero pascual. El sacerdote sostenía su cuchillo, listo para matar al corderito. De repente, Jesús gritó:
-¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?
Cuán solo se sintió Jesús, colgado así ante el mundo. Lo trataron como si hubiera sido malvado; su corazón se rompió. El corazón del Padre debió sufrir aún más.
Jesús volvió a gritar: -Todo se ha cumplido. Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Entonces, murió. En ese mismo momento, el gran velo del Templo se rasgó en dos. Los ángeles lo partieron de un extremo a otro. El sacerdote dejó caer su cuchillo y el cordero escapó. Jesús, el Cordero de Dios, había muerto por el mundo entero.
La tierra se sacudió. Grandes piedras se quebraron. El centurión que había observado a Jesús estaba asombrado.
-De verdad, este hombre era el Hijo de Dios -exclamó.
[Representen la historia. Apaguen las luces, iluminen la cruz con la linterna. Rasguen el velo del Templo y que el cordero escape.]
Materiales: Una linterna de mano, tela para rasgar el velo, un cordero de juguete.
Tema: la muerte de Jesús