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JUDAS HABÍA SIDO UNO DE LOS BUENOS AMIGOS de Jesús, y era inteligente. Los otros discípulos se alegraban de que estuviera con ellos. Sin embargo, Judas no estaba satisfecho con Jesús. Quería obligarlo a proclamarse rey de inmediato. No quería esperar a que Jesús hiciera lo que Dios había planeado. Así que fue con los maestros y sacerdotes.
-¿Qué me darán si les digo dónde está Jesús? –les preguntó.
Le dieron 30 monedas de plata. [Cuenten el dinero que tengan.] Así que, Judas les mostró dónde estaba Jesús. Ahora, estaba todavía más perturbado. Había pensado que Jesús se liberaría y se proclamaría rey. En vez de eso, Jesús ni siquiera intentó escapar.
Judas se sintió terriblemente culpable.
-¡Tomen, les devuelvo su dinero! –gritó a los sacerdotes-. ¡Jesús no es malo! ¡No debería morir!
A los sacerdotes no les importó. Angustiado, Judas arrojó las 30 monedas de plata al piso del Templo y se fue corriendo.
Aun así, el corazón de Judas no se suavizó. No estaba dispuesto a hacer la voluntad de Dios. ¿Cuándo necesitamos humillarnos y escuchar? [Discutan.]
Materiales: 30 monedas de plata (monedas de color plateado o imitación).
Tema: lamuerte de Jesús