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Oración primera

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Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová. Génesis 4:26.

Padre,

Gracias por buscarnos sin que te hubiéramos buscado, pues así buscaste a nuestros primeros padres cuando se escondieron en el Jardín. Gracias por buscarnos antes de que te invoquemos y porque, por la obra del Espíritu Santo en el corazón, "los hombres comenzaron a invocar tu nombre".

Hoy estamos ante un nuevo año. Queremos pedirte que nos busques cada día, y que mediante elfuego del Espíritu enciendas en nosotros el incienso de nuestras plegarias. No hay incienso sin fuego, ni oración sin llama. Solo tu fuego les dará alas, energía y aceptación a nuestras súplicas. Ninguno de nuestros talentos, ni el esfuerzo de la voluntad más férrea, pueden sustituir los diálogos contigo. ¡Es la única arma que tenemos para luchar en este mundo!

Padre, te necesitamos como la indefensa criatura necesita el pecho materno para ser alimentada y cobijada. Sola no puede vivir. Somos tan indefensos ante el mundo, ¡'como ovejas en medio de lobos"! Somos vulnerables antes lasfuerzas de nuestra propia naturaleza que combaten en nuestro interior, débiles, sinceros, hipócritas, errantes, ignorantes, valientes, cobardes, sabios, afligidos, tristes, alegres. Somos contradictorios, demasiado humanos. Solo tú puedes darnos poder para levantarnos cada día y luchar, para vivir con esperanza. Solo tú puedes sentir los latidos de un corazón quebrantado. Solo tú puedes recibir nuestras lágrimas amargas. Solo tú nos pones en la delicada frecuencia para escuchar el gemido de nuestro prójimo que está solo; que busca ser escuchado, comprendido, aceptado.

Padre, hoy se inicia nuestro viaje. Derramaremos nuestras almas en cada una de las muchas plegarias registradas en la Biblia. ¡Son tantas! Verás nuestro rostro en esas oraciones, ¡pero es tu rostro el que queremos ver en ellas! Nuestras plegarias pueden ser como el humo que se pierde llevado por el viento, pero sabemos que tú tienes memoria de la oración humilde y sincera del hijo anónimo cuyo nombre está escrito en el Libro del Cordero.

Padre, como la vida, nuestros días en este año serán claros y oscuros; a veces tendremos sol, y habrá noches sin luna ni estrellas. Pasaremos por "valles de sombra", y aun de muerte, pero confiamos en que tú estarás a nuestro lado. Por eso, Padre, danos fuerza para no soltarnos de tu mano.

En el nombre de Jesús, Amén.

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