Regresar

Oración por una misión casi imposible

Play/Pause Stop
Oh Jehová, Dios de mi señor Abraham, dame, te ruego, el tener hoy buen encuentro, y haz misericordia con mi señor Abraham. Génesis 24:12.

¿Te enamorarías de alguien por recomendación de un tercero, y a la distancia?

Esta es la oración de Eliezer, siervo de Abraham. Sacada de contexto, parece una oración egoísta: "Dios, que hoy me vaya bien". Pero no lo es. Al contrario, es una oración llena del amor de un hombre que intercede por otro. Abraham llamó a Eliezer y lo envió a una misión muy difícil: buscar esposa para su hijo Isaac. Para esto, debía viajar en camello 720 kilómetros (450 millas) a la zona donde Abraham había crecido. Y allí debía buscar y elegir una mujer idónea entre los familiares lejanos del patriarca, que calificara como esposa de su primogénito. Es una costumbre que perdura hasta hoy en algunas culturas, no solo de Medio Oriente.

Después de encontrar a esa mujer, debía convencerla de que se casara con Isaac, un hombre al que jamás había visto. Era una misión que parecía imposible. Pero no para Dios. ¡Dios la contestó inmediatamente! Dice el texto bíblico: "Todavía no había terminado de orar, cuando vio que una muchacha venía con su cántaro al hombro. Era Rebeca" (vers. 15, DHH). La que cumplía las condiciones de la búsqueda de Eliezer. ¡Y estuvo dispuesta a hacer el largo viaje hacia el encuentro con su potencial amado!

Ahora Eliezer tenía su propia historia para contar. Dios ya no era el Dios de su amo, sino también el suyo propio. Por eso testificó de todo lo que Dios había hecho por él al hermano de Rebeca (vers. 34-48).

Hoy, puedes orar a Dios para "que te vaya bien" en todo lo que emprendas. No es una oración mezquina. Él busca testigos de su poder entre los hombres.

Es posible que tengas tu alma herida, y te sientas cansado de orar sin recibir respuesta. ¿Y si le preguntaras a Dios por qué no tienes lo que tanto pediste? Finalmente, la oración es ¡la única arma que tenemos en este mundo! Dile: "Señor, haz lo que parece imposible para mí". Y quédate en silencio delante de él. Persevera en el silencio. Disfruta su presencia. Cuando te levantes de esa oración, tú ya no serás la misma persona. Así comienza Dios a responderte.

Oración: Gracias, Señor, porque quieres siempre mi bien.

Matutina para Android