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Oración de bendición

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Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Números 6:24-26.

Aún recuerdo aquellos domingos cuando mi madre sintonizaba a las nueve de la mañana la emisora El Espectador, de Montevideo, en el Uruguay. El pastor Braulio Pérez Marcio, orador de La Voz de la Esperanza, tenía siempre un mensaje para ella.

Cuando estaba por terminar el programa, ella se acercaba a la radio, subía un poco el volumen, arrimaba su oído al parlante y cerraba los ojos para escuchar la bendición de Números 6:24 al 26. Muchas veces vi que sus ojos se abrían húmedos luego de esas palabras. Esa oración de Moisés tenía una fuerza en el espíritu de mi madre que a mí me sorprendía. Y hasta me despertaba cierta molestia infantil: ¿Cómo podía escuchar y emocionarse siempre con la misma letanía? Con los años, comprendí que toda la fuerza de mi madre, que criaba sola a sus dos hijos, provenía del poder de estas palabras. En su lucha diaria para educarnos, en sus fatigas y en sus soledades, con sus lágrimas, que Dios juntaba "en un frasquito" (Sal. 56:8), mi madre se aferraba a esa bendición. Aún hoy me emociono cuando leo este texto. Estoy seguro de que, si de joven o de niño has escuchado esta bendición, tú también te emocionas cuando la lees o la escuchas.

Estas benditas palabras surgieron del seno de Dios. Expresa su carácter, su amor, su deseo más profundo para ti y para mí. Es una forma poética del texto de Jeremías 31:3: "Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia".

¡Atesora esta bendición en tu corazón! Dila a tus hijos, repítela a tus padres, exprésala a tus compañeros de trabajo, a quienes te acompañan de cerca o de lejos en el viaje de la vida. Di: "Dios te dé larga vida y protección. Que su gloria te ilumine y te envuelva. Que tenga de ti misericordia, porque ninguno de sus atributos es más precioso que su gracia. Que te mire, y que jamás se oculte, para que no te sientas solo o sola. Y finalmente, que en el camino te dé salud; y cuando llegues al destino, te dé paz".

Oración: Señor, tu bendición me dice cuánto me amas.

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