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¿Conoces las consecuencias de la soberbia?
El engrandecimiento y la caída del Imperio Asirio abundan en lecciones para las naciones contemporáneas, y también para ti y para mí.
La Inspiración divina comparó poéticamente la gloria de Asiria con un noble árbol del huerto de Dios: "He aquí era el asirio cedro en el Líbano, de hermosas ramas, de frondoso ramaje y de grande altura, y su copa estaba entre densas ramas" (Eze. 31:3).
Pero los gobernantes de Asiria no emplearon sus recursos para beneficiar a la humanidad, sino que llegaron a ser el azote de muchas naciones. Despiadados, sin consideración para con Dios ni para con sus semejantes, los consumió la corrupción: "¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de rapiña, sin apartarte del pillaje! (Nah. 3:1). ¿Algún parecido con la actualidad?
Dios los llamó al arrepentimiento mediante el profeta Jonás, pero su soberbia sobrepasaba el sentido de su realidad. La soberbia distorsiona la realidad, y es el principio de todo mal. Nunca baja sola de su pedestal, ¡pero siempre cae de las alturas! Sofonías profetizó la caída de Asiria (ver Sof. 2:14). Era inevitable. Dios respondió a su tiempo el pedido de Ezequías (ver 2 Rey. 19:35).
Todos pasamos por este mundo muy rápidamente. Toda nación se precipita al olvido por el simple movimiento de la historia, pero la soberbia apura los tiempos de la caída y arruina la herencia. La obra del soberbio no dura mucho tiempo, pero la obra de los justos permanece para siempre (ver Apoc. 14:13).
La soberbia no es grandeza, sino hinchazón. Hace que nos veamos grandes, ¡cuando en realidad estamos enfermos! ¡Solo Jesús nos sana! La oración sincera nos hace ver nuestra realidad. ¡Y nos da sabiduría para soportar al soberbio!
Dios ve los grandes actos de soberbia de las naciones, pero también los pequeños actos cotidianos de abuso de poder, de los que podemos llegar a ser víctimas. "Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová (Sal. 34:19).
¡Guárdanos, Señor, de la soberbia!
Oración: Señor, hazme humilde.