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¡Confiamos en Dios porque lo amamos!
Ayer reflexionamos en la confianza como la raíz del árbol de la salvación. Hoy veremos el tronco de este árbol. Si quiero amar a Dios, debo estar seguro de que Dios me ama. Mi amor nunca puede ser otra cosa que una respuesta al suyo. Mi amor humano solo puede ser derivado del amor divino, un mero reflejo.
David dice: "Alégrense los que aman tu nombre". El Nombre de Dios expresa el carácter revelado de Dios. Amas a Dios porque él no se escondió en la oscuridad de su infinitud, sino que salió de sí y te dio algo a partir de lo cual puedes conocerlo. Las cuatro letras que nombran a Dios (YHWH) no significan nada, y no hay poder en ellas para mover el corazón de humano, ¡a menos que se conviertan en el Nombre de Jesús! ¡El es la acción del Padre en el mundo! El conocimiento de la revelación del Padre en Jesús nos impulsa a amar a Dios. Y no hay forma de obtener ese conocimiento sino a través de la fe, que precede al amor. Porque por la fe comprendemos el hecho de que Dios nos ama (ver 1 Juan 4:16).
Por la fe captamos que "nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero (1 Juan 4:19). Por la fe experimentamos y comprendemos el amor divino en nuestros corazones. Tan seguramente como la luna plateada mueve las aguas de los océanos, el amor de Jesús atrae las aguas de nuestro espíritu hacia él. Los que creen contemplan y experimentan los efectos de ese amor divino, que siempre precede a nuestra respuesta humana.
Los estudiantes de acústica nos dicen que si tú tienes dos instrumentos de cuerda en dos habitaciones separadas, afinados en el mismo tono, la nota que suene en uno de ellos vibrará débilmente en el otro, tan pronto como las ondas de sonido hayan alcanzado la cuerda sensible. De la misma manera, tu corazón emitirá un débil tintineo musical como respuesta a la nota del profundo amor divino pulsada en las cuerdas del Cielo.
¡La oración afina tu corazón en la frecuencia celestial! ¡Que tu vida vibre hoy bajo el efecto del amor divino!
Oración: Mi corazón vibra al sonido de tu amor.