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Oración de Lutero

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Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar. Salmo 46:1,2.

¿Has repetido esta oración en algún momento de tu vida?

Aunque el Salmo 46 no es "técnicamente" una oración, sino un poema, en el corazón y en los labios del creyente se convierte en una oración poderosa.

Este salmo está parafraseado en el inspirador himno "Castillo fuerte", que escribió el gran reformador alemán Martín Lutero. El lo cantaba en momentos de angustia (3 CBA 752).

Todos los seres humanos vivimos abismados por una constante incertidumbre. En la fragilidad de su existencia, David pinta un cuadro de sorprendentes contrastes en tres estrofas inspiradas: aguas turbulentas, montañas removidas, y un río tranquilo que "alegra la ciudad de Dios" (vers. 2-4). Braman las naciones, titubean los reinos, pero Dios alza su voz y "se derrite la tierra" (vers. 6). Los hombres hacen la guerra, pero Dios "quiebra el arco, corta a la lanza, y quema los carros en el fuego", para reinar en paz sobre las naciones (vers. 9). El mundo podrá venirse abajo, pero Dios es "nuestro amparo y fortaleza" (vers. 1).

Después de una notable victoria en tiempos de Josafat, los israelitas cantaron este himno (ver PR 150).

Convierte este salmo en una oración de confianza en Dios en tus momentos de prueba. Puedes elevar esta oración cuando sientas que "la tierra se mueve" debajo de tus pies. Cuando el terror se adueña de las naciones, cuando el mundo parece estallar, "Dios es tu amparo y fortaleza".

"No hemos de confiar en príncipes, ni poner a los hombres en lugar de Dios. [...] En toda emergencia, debemos reconocer que la batalla es suya. Sus recursos son ilimitados, y las imposibilidades aparentes harán tanto mayor la victoria" (PR 150).

¡Qué esperanza para la iglesia! "Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo. Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana" (vers. 4, 5).

¡Bendita oración, que nos cobijas en todo momento! ¡En la soledad, en la enfermedad, cuando buscamos trabajo, o cuando la iglesia corre peligro en un mundo hostil!

Oración: Señor, eres nuestro amparo y fortaleza.

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