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Lucas 2:10-14.
¿Cuál fue el día más feliz de tu vida?
¿Yo creía que el día más feliz de mi vida había sido cuando nació mi primera hija... hasta que nació mi segunda hija. Hasta entonces creí que había tenido "dos días más felices" en mi vida. Pero la vida nos da sorpresas, solo para los que no están dormidos. Hoy te puedo decir que el día supremo de felicidad en mi vida fue cuando nació mi nieta, hace ocho meses.
¡Qué felicidad produce la llegada de un niño al mundo! Esta fue la manera en que Dios entró en el mundo. Vino como un niño recién nacido, humilde, vulnerable y amado. Jesús no dejó de lado su divinidad, sino su gloria. El ángel anunciador dijo: "Esto os servirá de señal: hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre" (Luc. 2:12). Lucas enfatiza la humanidad de Cristo para darnos esperanza de que él "puede compadecerse de nuestras debilidades" (Heb. 4:15).
Dios sabe todo acerca de tu condición humana. Te conoce más de lo que tú te conoces. Jesús te comprende, porque es humano. Esto también significa que tú puedes saber algo acerca de Dios, porque él mismo asumió tu humanidad.
En la versión Dios habla hoy, la alabanza de los ángeles, que hemos convertido en oración de adoración, dice: "¡Paz en la tierra entre los hombres que gozan de su favor!" Esta es una traducción más fiel del texto bíblico. Los ángeles no proclamaron que hubiese paz en la Tierra, confundiendo sus propios deseos con la realidad. "No hay paz para los malos, dijo Jehová" (Isa. 48:22). Vivimos en un mundo en el que reina la maldad. Sin embargo, hay paz para los seres humanos de buena voluntad.
Tú ¿has aceptado a Jesús? ¿Puedes reclamar a Dios esa paz que el mundo no da (Juan 14:27)? Intensa y profunda puede ser tu alegría, porque Jesús nació en tu vida, ¡y pronto viene a buscarte!
Oración: Señor, te alabo porque naciste para salvarme.