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¿Pides a Dios humildemente el pan de cada día?
En la oración de Juan 6:34 resuena el eco de la quinta petición del Padrenuestro: "Danos el pan". Esta es la más humana de las siete peticiones del Padrenuestro, porque en una primera interpretación remite a la necesidad más básica del ser humano: el sustento del cuerpo. Es interesante ver que el mismo Señor que nos instó a no estar agobiados por lo que hemos de comer (Mat. 6:25) es quien inspira en el corazón del creyente esta petición: Danos el pan nuestro. Nos insta a pedir a Dios nuestra comida.
Vivimos del pan. El pan es el fruto de la tierra y del trabajo del hombre. Pero la tierra no daría su fruto si no recibiera desde arriba el sol y la lluvia. El pan es el resultado de la asociación del hombre y la naturaleza, y ambos dependen de Dios. El trabajo es bendecido por la salud, y la salud por la vida, que provienen del Creador. Esta asociación de nuestras manos con la providencia de la naturaleza es un antídoto contra nuestro natural orgullo, que nos induce a creer que podemos sustentarnos solos en el planeta. El trabajo de la tierra, sustentada por Dios, es lo que nos da de comer.
Vivimos del pan. Pedir a Dios nuestro sustento no solo es necesario sino también noble. "No he visto justo desamparado ni su descendencia que mendigue pan" (Sal. 37:25) es, además de una convicción de David, una promesa divina.
Vivimos del pan; pero no solo vivimos de pan (Mat. 4:4). El adjetivo demostrativo "este", de Juan 6:34, nos eleva a un grado superior de necesidad, la del alma, que solo puede ser saciada con el Pan de vida, Cristo Jesús.
Antes del pedido de la gente, "danos este pan", Jesús les reprochó: "Me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará" (vers. 26,27).
Sin Jesús, nuestra vida no tiene más valor que un poco de harina, levadura y agua. ¡Jesús es tu Pan de vida!
Oración: Señor, dame el Pan.