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¿Tienes prejuicios?
¿Es preferible una persona con contradicciones que una persona con prejuicios. Detrás de una guerra, además de intereses económicos, siempre hay un prejuicio racial, político o religioso. Para muchos, lo que llaman "pensamiento" no es más que un reordenamiento de sus prejuicios.
El peor de los prejuicios es el prejuicio religioso. Solo la intervención directa de Dios puede ayudarnos a superar esa clase de prejuicio. Nuestro texto nos habla de la intervención sobrenatural de Dios en una época preñada de futuro (Hech. 10:1-20).
La historia de la humanidad parece moverse como un péndulo. Luego de un largo período de sueño, se despierta para liberarse de las cadenas con las que los dirigentes políticos y religiosos la habían atado. Entonces, las personas critican lo que les enseñaron, y se liberan del saco de fuerza de los prejuicios religiosos, políticos y sociales. Buscan nuevos caminos desconocidos, hacen descubrimientos imprevistos y crean nuevas formas de ver la fe religiosa.
Esto es lo que está detrás del capítulo 10 de Hechos. Aquí vemos la intervención sobrenatural de Dios para cambiar el rumbo de la historia. Dios pone su mano derecha sobre Cornelio y su izquierda sobre Pedro, y procura reunir a ambos.
La entrada de Pedro en la casa de Cornelio terminó la fase judía de la iglesia. Las palabras del ángel a Cornelio no son superfluas: "Tus oraciones... han subido... delante de Dios". Dios escucha toda oración sincera, más allá de quién la pronuncie. Jesús no tiene prejuicio racial, ni social, ni de género.
"¡Cuán cuidadosamente obró el Señor para vencer los prejuicios contra los gentiles, que tan firmemente había inculcado en la mente de Pedro su educación judaica! Por la visión del lienzo y de su contenido, trató de despojar la mente del apóstol de esos prejuicios, y de enseñarle la importante verdad de que en el Cielo no hay acepción de personas" (HAp 111).
Hoy, mucha gente está buscando la luz. Dios no la dejará en tinieblas. ¡Seamos instrumentos útiles, libres de prejuicios religiosos, en las manos de Jesús!
Oración: Señor, gracias por la visión a Cornelio y a Pedro.