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Mi suegra siempre me aconsejaba: "No se ponga el sol sobre tu enojo". Y yo le contestaba con la primera parte de ese texto bíblico: "Estoy enojado, pero sin pecar" (ver Efe. 4:26).
Hay sabiduría en el consejo bíblico. Si hay una relación en la que nuestras oraciones pueden verse tremendamente afectadas, es precisamente la relación matrimonial.
Respecto de la expresión "vaso más frágil" (1 Ped. 3:7), creo que las mujeres son más fuertes que los hombres. Son más resistentes al dolor de la vida, y tienen un instinto de supervivencia mucho más refinado. La vida las hizo así. Las obligó a fortalecerse para salvar a la humanidad de la extinción. ¿Qué sería de la civilización humana si los hombres tuviéramos que padecer un parto, cuando no soportamos un dolor de muelas durante cinco minutos? Las mujeres, generalmente sin nombres en la Biblia, han mostrado siempre tener menos miedo que los hombres, y ser más maduras emocionalmente. Educar a una hija como "vaso frágil" es prepararla para que crea que no tiene derechos. Es educarla para ser sometida. Por eso, interpreto la declaración de Pedro como una expresión de cariño y un compromiso de protección.
El consejo del apóstol vale tanto para el hombre como para la mujer: la oración diaria con el "coheredero de la gracia de la vida" pone amor en nuestro corazón hacia Dios y hacia nuestro cónyuge. Cristo es el centro; si con nuestra pareja estamos en lados opuestos, a medida que nos acercamos a Jesús nos acercamos a nuestro cónyuge. Esto es fácil decir, pero muchas veces es difícil vivirlo. Cuando tenemos problemas con nuestra pareja, no queremos orar. Siempre hace bien un ejercicio de introspección: miramos a nosotros mismos. Dice un proverbio egipcio: "Antes de poner en duda el buen juicio de tu cónyuge, fíjate con quién se ha casado".
El matrimonio es una barca frágil que lleva a dos personas por un mar tormentoso; si uno de los dos hace algún movimiento brusco en el timón, la barca puede hundirse.
En esta Navidad, ¡haz de Jesús el timonel de tu vida, de tu mantrimonio y de tu familia!
Oración: Señor, ayúdame a orar cada día con y por mi cónyuge.