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¿Porqué estás llorando?

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“Y le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Les dijo: Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto” (Juan 20:13).

En 1910. el matrimonio de pioneros Ignacio y Cecilia Kalbermatter    trabajaba en un distrito pastoral que cubría todo el actual territorio del Paraguay. En aquella época. perdieron a su primer hijo.    Ismael, de apenas un año y ocho meses de edad. Por motivo de un viaje. Ignacio supo del fallecimiento de su hijo cinco días después de ocurrido.

Del Paraguay, el matrimonio fue a Bolivia. Un día. después de terminar las actividades domésticas, Cecilia fue al dormitorio y se enfrentó con una escena estremecedora: la hija. de nueve meses, se había sofocado con el propio pañal, Fue un golpe demasiado fuerte; Cecilia lloraba desconsoladamente todos los días. Después de todo, había perdido a sus dos primeros hijos en el campo misionero.

Días después, pasando por la sala de su casa. escuchó una voz que le decía: “Cecilia, Cecilia”. No había nadie en la casa, y su respuesta inmediata fue: “Habla. Señor. que tu sierva escucha”. El mensaje fue claro: “¿Por qué estás llorando? No llores más”. El dolor continuaba siendo muy fuerte, por lo que algunos días después todavía no lograba controlar las lágrimas. Entonces, escuchó nuevamente la voz que le decía: “No llores”. Pero su pedido al Señor comenzó a ser insistente: “Por favor. ayúdame a no llorar más”. Fue el día de su restauración. A partir de allí, el consuelo del Señor la acompañó hasta el final de sus días. Tuvieron cuatro hijos más.

Ignacio y Cecilia vivieron días difíciles de entrega y sacrificio con espíritu de pioneros. No desistieron. y la iglesia creció en la región a la que sirvieron. Décadas después. el nieto del matrimonio retornó al Paraguay para ser presidente de la Iglesia Adventista para todo el país. Lo que antes había sido el distrito del abuelo se transformó en una Unión. presidida por su nieto, también llamado Ignacio Kalbermatter. Desde finales de 2017. el bisnieto de Ignacio y Cecilia, Hiram Kalbermatter. es el presidente de la Iglesia Adventista para todo Bolivia. Sus hijos fueron sepultados en aquellos países, pero sus descendientes volvieron para continuar la obra.

Un día entenderás la razón de todo el dolor que sufres. Como dice Wilson Sarli: “La despedida es la ley de la Tierra, pero el reencuentro es la ley del cielo”. Hasta ese momento. confía en que aquel “que no escatimó ni a su propio Hijo. sino que lo entregó por todos nosotros. ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?” (Rom. 8:32). 

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