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Le gusta observar a la gente equilibrada que produce unidad y armonía por donde pasa. reflejando el carácter de Cristo. A fin de cuentas. son quienes hacen realidad el sueño de Dios para su pueblo. y esas características son las mayores demostraciones de un cristianismo verdadero.
Caleb es uno de los buenos ejemplos de este tipo de actitud. ¿Recuerdas el momento en que el pueblo de Israel quedó dividido por causa del informe de los doce espías que visitaron la Tierra Prometida? Fue una situación de desánimo. falta de fe y crítica. ¿Recuerdas la actitud de Caleb? Al lado de Josué, escogió aferrarse de las promesas de Dios. ver lo que era positivo y motivar al pueblo para que siguiera adelante. Cuando la mayoría tenía un espíritu de agitación. él demostró equilibrio y confianza en la dirección divina. Caleb tuvo “otro espíritu”. Como resultado. heredó la Tierra Prometida.
Sin embargo. parece que .es más fácil seguir a los negativos y pesimistas. Fue así también con la mayoría del pueblo. Observa que en Números 13 figura la lista de los doce príncipes que fueron a espiar la tierra. Es la última vez que se mencionan los nombres de los diez murmuradores. Terminaron en el olvido. porque la historia no tiene un lugar para quien solo ve el lado negativo. Este tipo de persona siempre anda hacia atrás y para colmo. intenta llevar a otros consigo.
Aquellos que tienen “otro espíritu” son los que escriben la historia. Fue el caso de Josué y de Caleb. Uno se transformó en el conductor del pueblo; y el otro. en un conquistador victorioso y valiente. ¿Y tú? ¿Cuál es tu espíritu? Recuerda lo que dijo Winston Churchill: “El pesimista ve dificultad en cada oportunidad; el optimista ve oportunidad en cada dificultad”.
La familia. la sociedad y la iglesia están necesitando desesperadamente gente que tenga “otro espíritu”. El mundo tiene demasiados pesimistas y negativos. Hay una enorme carencia de personas equilibradas. de gente que sepa defender la verdad con amor.
Dios está llamándote para que sea así. Eso es ser la sal y la luz del mundo. Recuerda. sin embargo. que el “otro espíritu” solamente puede ser resultado de la actuación del Espíritu Santo.