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Un experimento es una prueba para comprobar las propiedades de algo. Tal como avanzamos ayer, hoy vamos a hacer un experimento, para el cual necesitas la presencia de papá o mamá. ¿Listos?
Lo primero que vas a hacer es llenar un globo de aire y atarlo. Después, enciende una vela y, por último, acerca el globo a la llama de la vela. Hazlo con cuidado. ¿Qué sucede? Correcto, el globo explota.
Ahora vamos a hacer un pequeño cambio. Agarra otro globo, llénalo de agua con la llave y átalo. Ahora, acércalo a la llama de la vela. ¿Qué sucede? El globo no explota. ¿Quieres saber por qué? Porque el calor es transferido al agua, no a la goma del globo, así que lo que se calienta es el agua mientras el globo permanece igual.
Así como el globo no explota cuando tiene agua, nosotros tampoco «explotamos» en situaciones difíciles cuando tenemos confianza en Dios. Confiar en Dios es el elemento que necesitamos para que las situaciones difíciles, de prueba, no nos hagan perder la calma. Por eso, la Biblia dice: «Prueben, y vean que el Señor es bueno. ¡Feliz el hombre que en él confía!» (Salmo 34: 8). Serás feliz a pesar de las circunstancias cuando confíes plenamente en Jesús. Pon tus cargas en él y él te ayudará.
Desafío: Haz una lista de las cosas que te hacen perder la calma y los nervios. Pídele a Jesús que te ayude con ellas.